´

PILAR ADÓN (Madrid, 1971). Ha publicado, entre otros, el libro de relatos Viajes Inocentes (Editorial Páginas de Espuma), por el que obtuvo el Premio Ojo Crítico de Narrativa 2005, y la novela Las hijas de Sara (Alianza Editorial). Ha sido incluida en diversos volúmenes de relato: Ni Ariadnas ni Penélopes (Editorial Castalia), Todo un placer (Editorial Berenice) o Contar las olas (Ediciones Lengua de Trapo). En 2006 publica el poemario Con nubes y animales y fantasmas (EH Editores), y forma parte de distintas antologías poéticas: Los jueves poéticos (Ediciones Hiperión), La voz y la escritura (Sial Ediciones), Hilanderas (Ediciones Amargord) o Todo es poesía menos la poesía (Editorial Eneida).
POÉTICA: La literatura implica “ver” cosas que no han sucedido, “recordar” voces que jamás hemos oído y “amar” a seres que no existen, y todo eso hace que nuestra existencia sea algo más rica, más sugestiva e, incluso, singular. Philip Roth decía en uno de sus libros que si hubiera que filmar un documental sobre veinticuatro horas en la vida de un escritor, más de la mitad de ellas transcurrirían en la oscuridad de una habitación, con el escritor inclinado sobre una mesa, devanándose los sesos. Ése es el mundo que mejor conozco.
.
.
.
.
He subido al árbol de la flor,
como me dijiste tú, perecedero señor de las ideas.

He bebido vino rojo de alcohol, como me dijiste,
y olvidado la existencia de santos y viejos.
Confesiones y luces.
Dioses de nadie.

He puesto mis tiendas protegidas por barreras de acero
en torno al árbol ya sin flor,
y me he mimado en el interior sin emitir un sonido.
Sin gemir ni clamar.

Me he recostado junto a la flor del árbol.
He susurrado las palabras del embeleso y he contado pétalos.
Era cierto que el horizonte se divisa mejor desde el encierro.

La eternidad también.
.

Yo


Yo… Lo sé. Tengo ese miserable aspecto
del que va demandando cariño por las puertas.
“Quiéreme un poco. Quiéreme un poco…”
Los ojos nostálgicos hacia el coche que se aleja
y la espalda estrecha que se detiene por última vez para decir adiós.

Yo… Lo sé. Persigo la mirada comprensiva de todas las madres
y a veces las manos grandes de cada padre.
El susurro al teléfono que me diga: “todo está bien”
mientras la niña del pañuelo negro gira y gira
esperando la llegada del sosiego.
El apaciguamiento de la marea oscura que sube.
Y sube a la boca desde el alma que se creía ya aliviada
pero que no. Porque el alma, aunque se suponga el éxito sobre ella,
cuando es dolorosa y cuando tiene la tez de la angustia,
sobrevive.

Yo… Lo sé. Me estoy ahogando y no entiendo nada.
Dejé que tomara mi mano y me arrastrara hasta la orilla.
“Vas a ver un milagro”, me dijo.
Y la niña de los zapatos negros con lacito
me miraba a la cara y me mostraba sus dientes de conejito.
“Perdón. Perdón. Perdón.” Parecía suplicar. “Yo no fui. No fui yo…”

Yo… Ahora cuento las varillas azules que se insertan
en aquel jarrón transparente y me pregunto:
(uno, dos tres…)
¿Por qué lo haces?
(cuatro…)



Sed y humo

He derramado la leche,
y gotas
como huidas
manaron de las manos
humilladas,
líquidas. Planas.

.

Thirst and smoke

I’ve spilt the milk
and drops
like flights
flowed from the humiliated hands.
Liquid hands. Plain ones.
.

******************************************************Volver a SUMARIO

__________________________________________________




CELIA BAUTISTA (Riotinto, Huelva, 1953) es catedrática de Lengua y Literatura Española en un instituto de Majadahonda (Madrid). Galardonada con el Carmen Conde de los años 2001 y 2005, ha participado en la Antología Colectiva de la editorial Torremozas de Voces Nuevas del año 2000. Ha publicado El ritmo de las sombras, que le valiera el VII Premio de Poesía “Leonor de Córdoba”. Poemas suyos han aparecido en algunas antologías y revistas (Cuadernos de Roldán, de Sevilla, en su número dedicado al Guadiana; en Experimento Poético y en el número 10 de La hoja azul en Blanco, revista del grupo Verbo Azul, al que pertenece).
POÉTICA: La escritura para mí es un instrumento de conocimiento, me ayuda a poner orden en mi caos.
Necesito indagar en el silencio para crearme un ambiente propicio y para descubrir, con la luz que nos regala, las verdades instantáneas que oculta. Las únicas verdades que para mí tienen sentido.
Otro de mis temas recurrentes es el tiempo, como fuente generadora de vida. Y cómo no, las palabras y el lenguaje. Ese gran misterio del lenguaje.
El ser senderista me ha hecho vivir la naturaleza muy de cerca y descubrir su gran atractivo estético.
También me mueve la denuncia de las injusticias sociales y, finalmente, indagar en los sentimientos de una mujer que, desde la cima del medio siglo, mira lo que ha sido y sueña lo que está siendo.
.
.
.
.
Lo digo, sí, lo digo
.
.

Nunca me supe hembra
hecha según modelo que ordenaron los siglos,
con esa regla tácita que impone la costumbre.
Nunca asumí los cánones que me idearon dócil.

Tampoco, no creáis, quise ser diferente.
Me sentí portadora de un proyecto de vida,
dueña de una pregunta que bullía en mi centro.

Quise tejer palabras para abrigar vacíos,
quise encontrar la fuente para saciar mis dudas,
quise ser barro blando en las manos del viento
y jamás pedernal del cincel de la Historia.
Tampoco fue la ciencia carnaza apetecible.

Sólo me deslumbró la intuición del verbo
que busqué hasta el pecado por cualquier precipicio.
Sólo fue la palabra mi maestra en la vida.
De ella me serví para forjar mis sueños
como cedazo tenue que filtrase mi alma.

Por ella me expulsaron en más de una ocasión
del dulce paraíso, la patria de los justos
que se ciñen las normas diseñadas por otros.

Si alguna vez me vieron extraña, diferente,
fue por mirar al Norte persiguiendo una estrella,
celosa de su brillo. Lo digo, sí, lo digo.
Siempre me atrajo Eva y su tenaz empeño
en desvelar lo oculto. A ella es a quien debo
la desnudez humana que intento mitigar
con un cendal tejido de brasas de poemas.
.
.
.
.
.
***************************A ese hombre de gris, silueta etérea (…)
***************************le conozco muy bien.
*************************************V. Martín
.
.
A ese hombre de gris, silueta etérea
con mascota de sueños, le han crecido
enebros y eucaliptos en los labios
y mira con el brillo que derrama,
catarata de luz,
el volcán en activo de la noche.
A ese hombre que fue
un niño de ojos nuevos que veía
partir a las cigüeñas cada invierno
le conozco muy bien.
Gondolero de ausencia en el asfalto
recorre los canales del silencio
en busca del ayer, mientras se muere
como los caracoles que no encuentran
los juncos de la infancia.
Yo lo he visto nadar
en un océano
de ilusiones de sal y hacer un pacto
con miles de gaviotas que lo lleven
hacia ese punto exacto en el que el mar
ofrece al cielo en llamas
cada tarde
un ramo de corales.
Y si queréis más señas para localizarlo
oculta en sus bolsillos un tesoro
de almendros y cerezos
que florecen
al ritmo de su voz y entre sus frutos
destacan en aroma
sus poemas.
.
.
.
.
Matemos a la luna
.
.
Alguien podría decirme, si le hablara
de la luna de julio
que es un lugar común.
Que eso es cosa de friquis,
pero no de poeta - a estas alturas -
Que incluso Marinetti le apuntó
con su dardo de hiel
el día de su ataque futurista.
Por eso, no temáis
me callo
y no os altero.
Me guardo para mí el besazo blanco
que a eso de la una me rozó
en la Bola del Mundo.

Tal vez se lo lanzara la noche polifema
a alguna de sus ninfas.

Más de mil vi tomando
baños de fuego y nata
por los alrededores de Madrid.
.
.
.
.
Me gustaría saber - cuando tú puedas –
.
.

*******************************Para Andrés Hiniesta, in memoriam
.
.
Ya sé que, ahora, tendrás
otras cosas que hacer. Pero, algún día,
cuando hayas recorrido el infinito,
acuérdate de mí
y dime de algún modo
cómo son sus montañas y sus mares.

Si estás muy solo allí
o, si por el contrario,
las nuevas plenitudes
con que, ahora, convives,
no dejan un resquicio al desamparo.
Y si encontraste, al fin, la luz que habías buscado
con afanoso empeño entre nosotros.

¿Y el silencio?
¿A qué sabe el silencio?
Cuéntame
a qué suena su luz, al ser eterno.

Y cuando estés delante
de la fuente del tiempo y el espacio
descríbeme su rostro
- si en el silencio cabe -.

Te repito,
tómate todo el tiempo necesario
hasta encontrarte a gusto.

Pero quedo a la espera con el oído atento.

Sabes que soy curiosa y, como tú,
me gusta siempre ir
un paso más allá de lo que veo.

Acaricio el vacío que nos deja tu voz.

Recibe donde estés
un nuevo beso.
.
.

************************************************************Volver a SUMARIO
__________________________________________________




.
AMAYA BLANCO GARCÍA, licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad de Granada, actualmente trabaja en la Diputación de Cádiz en un programa de cooperación al desarrollo entre la provincia de Cádiz y el norte de Marruecos.
Sus poemas y traducciones de poesías han sido publicadas en varias revistas como Extramuros, Alhucema, Letra Clara, Piedra del Molino, etc.
POÉTICA: Para mí la poesía es una voz interior que me explica quién soy, un artífice que me desvela mis propios secretos, un sabio que descifra ese otro lenguaje sin palabras ni sonidos con que habla mi alma, un compositor que viste de música los mensajes silenciosos que bogan en el fondo marino de mi propio misterio.
.
.
.
.
De tránsito
.
.
En el tiempo del tránsito
eres tú la estación de mi certeza,
tras el humo de rostros
y el olor de vagones desvelados,
en la carrera de las sumas
donde aves salvajes siempre nos sobrevuelan
nos cruzamos al parar los relojes
yo, gato pervertido,
tú, sol de incertidumbre
y sabemos
que en la estación oculta, ajena a coordenadas,
por siempre volveremos a encontrarnos.
.
.
.
.
Puerto de Tánger
.
.
La oscuridad llovía en el vacío
como el mantón atroz de los secretos
y la noche calaba los lugares ocultos
donde se amancebaba la inocencia.

Todos, desde su esquina, se miraban
pero nadie veía nunca a nadie.
Los peces clandestinos olvidaban sus nombres
y las aguas, de oscuras, eran sangre cuajada.

Mas tan solo los gatos -habitantes
celestes de la noche-
iluminaban con sus ojos-faros
-dos relámpagos ciertos-
las almas transparentes de los hombres rendidos.
.
.
.
.
Café Hafa
.
.
Los verdes y sedosos
labios salados del Estrecho
nos atraen con voces submarinas.

Nosotros, hermanos hace siglos,
apretamos los dientes
y nos damos la espalda.

Al punto, la otra orilla
nos devuelve el reflejo
certero de nuestra ignorancia.
.
.
.
.
Estrecho de Gibraltar
.
.
Y nos separan doce soledades,
doce lenguas de mar irreverentes,
doce desamparadas oraciones
y una valla elevada en nuestra mente.
.
.
.
.
Monte Kasium
.
.
Mi corazón, canto rodado,
se quedó entre tus pliegues una tarde perdida.
Desde los alminares
las voces comenzaban a desgarrar las sombras
y las luces, despacio,
extendían su calma a los inquietos.

Mientras tanto, a tus pies,
la rosa de Damasco
se abría y su perfume
nos hacía imaginar otra tierra.






************************************************************Volver a SUMARIO
__________________________________________________


.
FRANCISCO CARO (Piedrabuena, Ciudad Real, 1947) lamenta los años que estuvo sin escribir poesía. Muchos. En 2006 publicó Salvo de ti y en 2007 Mientras la luz. En este 2008 debe hacer aparición su tercer poemario Las sílabas de noche, que obtuvo el premio Juan Alcaide.
SOBRE ESCRITURAS (Poética): Escribir es situarse al borde del abismo. Remarcar las riberas curvadas del concepto. Amenazar al vacío, al hueco de la vida, con intentar atravesarlo. Aunque oponga la nada resistencia. Para tarea tal son precisos soldados, peones o jinetes, palabras entrenadas que peleen, trabajen; que remarquen con tizas los extremos. En el combate del poema no acepto vaguedades, los refugios, los mílites gastados, los enormes ejércitos: la confusión.
.
.
.
.
Ferrería de Checa
(A modo de poética)
.
.
*************************Para Antonio M. Mansilla
.
.
Siquiera martinete
que triture
la palabra que fuere mineral,
no yunque que soporta

o fuego,
la furia del carbón
y su codicia,
verbos
llamas
que en el metal asedien
las escorias

eso busco en el rojo:
lo secreto del nombre
la certeza final del adjetivo.

El verso es un herrero que golpea

y calla.
.
.
.
.
Poema número 7
.
.
Míralas bien,
atiende,
no son lo que me dices que parecen

no son sílabas negras y nocturnas
dispuestas sobre un cable

sino cansados
vencejos tristes

son aves olvidadas
de su vuelo,
y es fácil confundirlas
en el verso oxidado donde duermen.
.
.
.
.
Poema número 12
.
.
Sólo el poeta puede
penetrar- bisturí- la verdad
y no romperla

dejarla en confusión,
embarazarla.
.
.
.
.
Poema número 43
.
.
Todo es Auschwitz.

mira la mansedumbre
con la que caminamos

un gas universal
impone su lectura.
.
.
************************************************************Volver a SUMARIO
__________________________________________________



MAURICIO GIL CANO nació en Jerez de la Frontera en 1964. Licenciado en Historia de América por la Universidad de Sevilla, en la actualidad es director literario de EH Editores. Poeta y narrador, ha publicado Del soneto al cómic (El Puerto de Santa María, 1997), en colaboración con Dolors Alberola, el volumen de narrativa Cuentos con alcohol (Cádiz, 2002) y el poemario Declaración de un vencido (Jerez, 2006). Su texto A dos poetas suicidas fue incluido en la antología Café Central (Lima, 2000). Ha desarrollado una importante labor como periodista y columnista de diversos medios. Entre 1988 y 1990, dirigió el suplemento literario Azul en El Periódico del Guadalete. Colabora en prestigiosas revistas poéticas de ámbito nacional.
POÉTICA: Caen pétalos de sus labios, una floresta azul de palabras. Discurren y una música acompasa sus himnos, sus protestas y proclamas. La desolación silente de sus ojos es un río también donde transita el tiempo, aunque estanques mudos parezcan cuando los surca un signo, una mágica señal para explicar el mundo. Caen pétalos y hablan. Seducen cuando muestran el acabado sutil de cada trama, la connivencia trémula del dolor y la muerte en fiestas y placeres. Atraen como el abismo y ríen desde el espejo de su propia ignorancia, capaces y seguros de sí mismos. Frenéticos poetas, locos melancólicos, difuntos en medio de la vida y vivos frente al misterio, las flores del jardín de los dioses esparcís al viento.
.
.
.
.
Razones para una resurrección
.
.
Porque habito el olvido,
porque el tiempo me sangra en páginas desnudas,
porque el cielo sin nombre de los versos
ha rociado de sal estas heridas,
porque palpo el vacío que me acosa,
porque el sol de mi amor se desvaneció en sombra
y es inútil volver al mismo río,
porque he sentido el alma de las cosas
y ahora sólo padezco pesadillas,
porque vuelvo a sufrir en soledad,
.
abandonado en esta noche oscura,
me encarnaré en el dios de las espinas.
.
.
.
.
Cuando vuelvo
.
.
Cuando vuelvo a mirar
a la pared y grito
mi tristeza sonámbula,

una caricia ausente
parecida al recuerdo
me hace cerrar los ojos.

Una voz interior
me susurra la imagen
extraviada en el río

de cenizas y rostros
de la verdad no dicha.

Se apodera del sueño
del pasado una luz
que atraviesa los muros.

Recuperan sus cuerpos
obstinados fantasmas,
pues el tiempo diluye

la ficción de sus límites
en el rumor confuso de las ondas.

También soy una sombra
y mi esencia es el viento
que me lleva hacia nunca.

Cuando vuelvo a mirar
a la pared y grito.
.
.
.
.
Materia encendida
.
.
Nunca pude vivir así,
erguido entre las torres del espanto,
urdiendo mi destreza por el borde
de los desfiladeros interiores,
amando a Dios al filo del abismo
mientras el cuerpo
sucumbe a las caricias de la hembra
y mi lengua penetra en el deseo,
se desliza por ciénagas candentes
y vengo, arrodillado, a
beber de ti y pregunto
si no es divino
el corporal instante de materia encendida,
pues aventa el espíritu
estas cordiales ansias,
devorarnos en el fragante lecho
y ardernos animales.
.
************************************************************Volver a SUMARIO
__________________________________________________


.

JOSELA MATURANA (Melilla, 1.959) estudia Magisterio y es licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Cádiz. Ha publicado: La vida inédita, Premio Feria del Libro de San Fernando (1997); Oficio del Regreso, Premio Carmen Conde (1999), ediciones Torremozas. En 2000, finalista del premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla con La soledad y el mundo publicado en la Colección Rusadir (Ed. Visor) y. en 2005, Premio Bahía de poesía con el libro No podrá suceder publicado por la Fundación Municipal de Cultura José Luís Cano del Ayuntamiento de Algeciras. En 2007 publica Principio de la Desolación, editado por EH en su colección poética Hojas de Bohemia. También en 2007 aparece El Rapto de las sabinas. Mujer y analfabetismo: un dolor íntimo y social, patrocinado por el Instituto Andaluz de la Mujer. Ha sido incluida en las antologías Mujeres de carne y verso (Ed. La Esfera), Ellas son la Tierra (Serv. de Publicaciones de la Diputación Provincial de Cádiz), Ilimitada Voz (Serv. de Publicaciones de la Universidad de Cádiz), Poetisas españolas (Ediciones Torremozas), Premios “Pilar Paz Pasamar” (Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera, Cádiz) y El placer de la escritura, publicado por el servicio de publicaciones de la Universidad de Cádiz (UCA).
-
.
.
.
Collar roto


Del elogio de la insigne madrastra
y de los cotidianos objetos que heredamos,
la piel, el bolso, el pendiente escorado,
las serviles recetas del otoño en mi madre,
la cocina que cuece su barco prometido
en todos esos labios que desaparecieron,
desestimo el collar y su círculo eterno,
igual que aparto siempre la piedra sobre el pecho
y la caricia enorme que puede devorar.

Cada hora vencida se pierde en el engarce
y en el hilo mi cuerpo cose su nombre.

Madre mía
qué hago yo ante todas
las perlas derramadas,
falso vidrio que muestra la luz del desamor,
entre el ruido y la furia, sonajeros y espartos derruidos,
glaciares que se han roto en la caoba,
apártame el collar que él no desabrochó,
porque ya las muchachas del mundo me lastiman
con su bisutería marchita y lacerante,
y arde su mano en mi cuello desnudo.
.
.
.
Solicitud de marzo
.
.
Marzo es un pájaro
o una nube de bronce
en el hombre que siente fieramente
el afilado dolor de un iceberg.

La nieve tan remota y tan perdida
cubre las sementaras y tapa los despojos,
solicita cadenas en los montes,
el tránsito más lento y cadencioso
del que quiere llegar hasta un refugio.

Pero quién preconiza
la dulce avalancha de tus ojos
en mí.
Nada ni nadie en este mundo
derriban o erigen este frío irreparable.

Hielo y golpe funden tu mirada
en medio de la resurrección

Hojas en el asfalto y frutas en la huida
rastrearán tus huellas en la nieve
como perros errantes o atascos de domingos
y podrán alcanzarte, podrán alcanzarte,
antes de que la soledad
no haga contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.
.
.
.
.
Las guerras perdidas


*******************************Para Atila Maturana

Vuelve mi hermano de la guerra del hielo,
montado sobre el lomo de los quemados versos,
atravesando tapias de inconclusas novelas,
cascotes de teatro y vallas calcinadas.

Al verlo descender de su naufragio
la vida tan brutal de los espejos
que se han multiplicado en la distancia,
la vida impenetrable de los ecos
que asolan las pantallas y sus ruinas,
y la vida viril de los sucesos,
me lo devuelven intacto del origen.

El paisaje del sur raya la infancia
y es la estela apuntada y moribunda
la que recuenta el mar de los ahogados
y la acera tan tersa de los vivos.

La guerra de mi hermano
traía un ramo de flores;
lejanas en la tarde se oyeron las fronteras,
chirriando en el abrazo la pólvora y la rima,
también es un naufragio reconocer al náufrago
y entender su deriva palpitando en nosotros.
.
.
.
.

La balaustrada. Jardín meritorio


Del jardín meritorio ,vida mía,
resiste la balaustrada que fue la evocación y la insistencia
de bajar y ascender hasta las cosas tenues
y las cosas vibrantes de los días.
Resiste la navegación de lo invisible
sobre el tacto poroso del viaje
que sólo fue emprendido en las postales,
vida de lo notorio y lo inaudible,
y del abismo que a nosotros se enfrenta,
resisten,
el coyote y la flauta que ardieron en el mar,
resisten por su peso enamorado
y por su caza siempre perseguida,
De la dalia y el álamo tan lírico
o de los faros tristes de la patria,
la luz que se adelanta y que nos guarda,
resiste algún boceto sobre suicidio o seda,
y un cuerpo, un cuerpo en el jardín,
abandonado o muerto o refulgente
que creo reconocer cuando anochece.
.
.
(Del elogio de la insigne madrastra)
.

************************************************************Volver a SUMARIO
__________________________________________________




´

FRANCISCO MORALES LOMAS. Presidente de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios que concede los Premios Andalucía de la Crítica. Doctor en Filología Hispánica, licenciado en Derecho y Filosofía y Letras, profesor de la Universidad de Málaga y catedrático de Lengua Castellana y Literatura en I.E.S. Dramaturgo, narrador, poeta y ensayista. Ha sido finalista del Premio Nacional de Literatura (Ensayo) en 2006 con su obra Narrativa andaluza fin de siglo y en los años 1998, 1999 y 2002 del Premio Nacional de la Crítica con Aniversario de la Palabra, Tentación del aire y Balada del Motlawa; y del Premio Andalucía de la Crítica en 1998. Premio Joaquín Guichot de la Consejería de Educación y Ciencia. Premio de Periodismo del Ministerio de Economía y Premio Doña Mencia de Salcedo de teatro. Ha publicado cuarenta obras literarias.
POÉTICA: Mi poema nace de la comprensión de la realidad y su modo de interpretarla. La indagación en el yo como forma de integración en el mundo y sus conflictos. Una poesía solidaria y humana, que integra al sujeto y a la colectividad tanto como al sueño y a la cotidianidad, con el pretexto de la orientación emocional y de la inquietud por lo que me rodea. Poesía turbadora que aspira a la libertad y la esperanza.
.
.
.
.
El espejo vacío

No hay pájaros, amigo, sino dulce nostalgia
de un momento. De un mundo extinguido en sus himnos.
En su patria doliente, desconcertada y mísera.
Acaso sea el signo de los tiempos, su brillo,
su incontinencia lúgubre, su lujuria de fábula.
Tiempo de pobres tercos con su idealismo,
su rama de olivo, su hambre de adelantados
en la tierra del blanco. Soñadores, mendigos,
candorosos esclavos que aceptan en silencio.
Su mundo es otro mundo, la razón del vencido,
el estigma hiriente de un sueño ahogado.
Se apodera de mí el ingenuo delirio
de su mundo lejano y de aciagas travesías.
El viento se estremece, hombres odiados, temidos,
navegantes ingenuos, misterio de los mares.
Quiero irme con vosotros y con vuestro delirio.



Cielo azul de mi infancia, los árboles distantes,
la vida, que despierta de un profundo letargo,
se rebela suave en su impávida belleza.
Miro al mar sin dueño, sus celajes de sal,
el sueño de la arena, su memoria de rosa
seca que dulce embriaga la bondad de este canto.
Por un momento soy Dios en la calma suave
de las olas que laten junto a mí con dulzura.
Y soy nube en el aire cálido de la tarde,
la mies que ondea y danza su eterna sinfonía
de olorosa tierra que ha vencido al tiempo
y sus desgastes. Tiemblo como el primer día
que mis ojos tomaron el aliento del sol,
y siento que también yo soy un sueño lejano
que de tarde en tarde llega hasta mí y palpita
y corea ufano la alegría de ser.



Todo es confusa noche cuando te doy el último
abrazo y el abismo se apodera de mí
con sus umbrías sombras. Y tu gastado tronco
se ahorma entre mis brazos como muro derruido.
Tu jardín, si brillante en el pasado, reposa
mustio entre las jóvenes ramas que te sostienen.
Lo que no acerté a ver, ahora lo veo
más claro y transparente: que se te va la vida,
que se te ha ido rápida y libre como el viento,
y no quiero dejarte sola como me dejas
tú ahora. Te llevas en un suspiro todo:
la espesura del mar, sus confines, mi tiempo
marchito, el ansia alegre del que un día soñó,
la esperanza de creer que el sueño era posible.
Me ato a tu débil cuerpo, al muerto que seré,
y no puedo dejar de irme contigo, madre.




¿Mi muerte a quien importa o mi vida?
Me iré alegre, sé que nadie me apremia,
que nadie fuerza mi ida, mi silencio,
que no tiene alcance mi muerte ni audiencia.
Me hicieron un hombre libre y también
libre es mi paso. He amado la esencia
de las flores dulces, el amor, su luz,
y siempre fui fiel a los exégetas
de los francos sueños. Andar es mi sino
e inútil llorar el sol que alerta
mi ausencia, el mar con sus mansos peces.
Me iré una mañana de sol y candelas,
y nadie sabrá la tierra que ocupo.
El olvido deja siempre las colmenas
vacías y los labios cerrados en sombra
mientras de la muerte subo escaleras.



Vago de un mundo a otro, de ilusiones
me nutro y absorbo el ruido de los sueños.
Peregrino de olas inciertas que abonen
la espuma de vagas músicas y anhelos.
Ataviado de hambre persigo los dones
de la dulce tierra, el rayo de su cielo.
Y oigo que el misterio está cerca y el agua
sueña ante los dientes blancos del que aguarda.
Soy grito que mira en la distancia el oro
de algo vivo, el eco del viento, su gloria.
Me aferro al camino y salgo airoso
de su hierro nocturno que me aprisiona.
Y cada vez soy más canto heroico
que en la noche busca el himno que emociona.
No me habléis de sueños, ya los he vivido.
Vago de un mundo a otro, clandestino.

************************************************************Volver a SUMARIO
__________________________________________________



.

MANUEL QUIROGA CLÉRIGO (Madrid 1945). Doctor en CC .Políticas y Sociología. Desde 1964 colaborador en numerosos medios periodísticos y literarios como crítico, autor dramático, narrador, poeta. Ha publicado Homenaje a Neruda (Cla, Bilbao, 1973), Fuimos pájaros rotos (Ámbito Literario, Barcelona 1980), Vigía (Ediciones Papuras, Querétaro, 1997), De Morelia callada (Rialp/Colección Adonáis, Madrid, 1997), Versos de amanecer y acabamiento (Ulises, Toledo, 1998), Los jardines latinos (Endymión, Madrid, 1998), Íntima frontera (Los Cuadernos de Olalla/Torremozas, Madrid, 1999), Desolaciones tardías (Aristas de Cobre, Córdoba, 2000), Las batallas de octubre (Plaza&Janés, Barcelona, 2002), Mundo mudo. La aventura de Manila (Hermes, Toledo, 2004), Leve historia sin trenes (Ediciones del 4 de agosto, Logroño, 2006), Crónica de aves. El viaje a Chile (Biblioteca CyB, Barcelona, 2007) y De varia España (compilador), (Ediciones La Rana, Guanajuato, 1998).
Figura en la Segunda antologia del Resurgimiento. (Ámbito Literario, Barcelona 1980), así como en otras antologías y libros colectivos. Cuenta con varios premios literarios y accésits.
A MODO DE CONFESADA POÉTICA: La inspiración es parte de la existencia. La poesía es parte de la inspiración. El mundo existe a pesar de los sentimientos. Los afectos forman parte del universo conocido. Despertar cada mañana es la única esperanza. La mejor música es la vida. Nada importa más allá de la palabra.
.
.
.
.
Desde Puerto Escondido
.
******************************************Para Pilar
.
.
Te recuerdo esta vez junto a las aguas muy azules e inquietas.
Te recuerdo vestida de algodón y de octubre. Acaso tan nerviosa
ante tu Mar Cantábrico, ahora que este Pacífico es la música nueva
que me acoge tranquilo en un Puerto Escondido de febrero y retamas
y hay un brillo magenta en el quieto horizonte bien cercano.
Te buscaré después en Monte Albán, en Mitla, en todas las ruinas
de este pasado espléndido y metódico, de estas rocas caducas
por influjo del tiempo y todas sus perezas, trozos de liviandades.
Serás un terremoto verdeciendo los montes, inundando la selva,
viendo crecer las flores amarillas en las islas fugaces, en los acantilados.
Llevarás en tus manos el sonido de julio, el verano en Cantabria,
el color de los cielos transformando paredes, las miradas, balcones.
Pero ahora las olas se alborotan, inundan las ventanas y las frases,
modifican las lluvias y todos los paisajes, zarandean los barcos.
Llega el suave sonido de todos los océanos despertando la tarde.
Te recuerdo de nuevo vestida de murmullo, convertida en silencio,
abrazando las horas con un rumor de estrellas sosegadas.
siendo parte del bosque o existiendo tan serena en los prados.
Dibujas arroyuelos, infantiles arbustos, las cornisas de inviernos,
unos tiempos azules en que tus hijos niños vivían en jardines.
Más tarde fue llegando un fragor de huracanes, esos geranios fríos,
el horizonte gris de la sierra y la nube, los angostos pasillos…
Ahora de nuevo vuelve el esplendor armónico de tu historia vital.
de tu andar de gacela que asesina tristezas inventadas,
esos trozos de tiempo para una melodía de lluvia y arcoiris,
el refugio incansable para recomponer las bellas lencerías
o algún siglo que anuncia fantasías, leyendas, libertades.
Desde el futuro vuelve el olor de tus manos, ese perfume intrépido
de los años aquellos que vestías rosales o acaso primaveras.
Te recuerdo también convertida de pronto en la cúpula amplia
de todos los silencios. Ahora eres cercana.
´
Puerto Escondido (Oaxaca) México, 22.2.l999.
.
.
.
.
El sur de las esferas
Olivera Stosic- Belgrado.
.
.
Contemplaba en tus ojos unos trozos inmensos de lejanos paisajes,
noticias de praderas y de lagos ocultos en viejas madrugadas.
Iban surgiendo, breves, los extensos silencios,
en rincones tranquilos que dibujan invisibles cristales,
ventanas poderosas inaugurando pájaros.
Tu corazón de árbol despertaba pacífico
en breves alamedas o murmullos de alcoba,
el territorio único del placer y la noche
resguardando tu blusa inmensamente limpia.
Alguna previsión de lencerías suaves
me seguía inquietando con música de prados.
Había en tu mirada las escenas de un sueño,
cierta insinuación de destreza y milagros.
Un portentoso viaje al sur de las esferas
traía melodías de sauces en tu paciente escote.
Apareció la noche con una fortaleza rodeada de olvidos
frente a iglesias antiguas y a mezquitas muy blancas.
El río transparente recordaba tu imagen.
.
.
Belgrado, 17-11-1998/Prizren (Kosovo) 18-10-1998.
.
.
.
.
La vida
.
**********************
A la memoria de Leopoldo de Luis
.
.

La vida fue tan sólo una incesante lucha
del hombre contra el mundo, un esfuerzo feroz
para buscar la paz y la concordia cada día.
Pudo ser la disculpa para unir los rosales
y visitar los prados, innumerables, bellos
bajo cielos de agosto apresando de pronto
los azules del mar y tantas alamedas
que aparecen latentes en esas geografías
del viaje y la merienda, del amor y la tarde.
Si gentes miserables inventaron la guerra,
infantiles polémicas, los gritos inhumanos,
el ruido y las espadas siempre hubo poetas,
las doncellas más dulces y largas primaveras
con su lluvia en los bosques de musical historia.
La vida también fue, como escribió Cervantes,
“enfermedad incurable”, esperar golondrinas
“otra vez con el ala en los cristales”
que van sobrevolando en los versos de Bécquer,
ese trozo de otoño delicioso y cercano.
No importa que los odios ocuparan minutos
o siglos del destierro, mas deben importarnos
unas horas de miel con sonrisas de niños
y horizontes blancos, la dorada aventura
de la amistad sincera, o el viento favorable
de algún negocio único que es la felicidad
o la dicha de un día, un sólido secreto.
En ese resplandor de la existencia opaca
la existencia era, al fin, el secreto de un sueño
de eternidades largas donde alguien nos recuerde
de alguna forma amable.
.
.
Majadahonda, 25-01.06.
.
.
.
.
Melilla Puerto
.
.

**************************Para Encarna León Villaverde
.
.
En Melilla aparecen versos itinerantes
con grato olor a mar y horizontes cercanos.
La vida nos ofrece alegrías constantes
en unos territorios de colores hermanos.

En la ciudad antigua brilla la dicha eterna
desde sus baluartes, torreones, fachadas.
Pese a algún terremoto, tempestad o galerna
permanecen parterres con rosas encarnadas.

Surgen parques abiertos y plazas diferentes
cuando en la madrugada la villa bulliciosa
amanece de pronto a cualquier melodía.

Regresa de repente a las calles ausentes
el juvenil bullicio de alguna esquina ociosa
creando eternidades en esta geografía.
.
.
Melilla 09.03.07.
.
.
.
.
Pompas
.
.
En pompas de jabón suave y fragante
sumergimos a Claudia cada noche.
Claudia se tranquiliza al instante
aunque usamos el agua sin derroche.

Juega con el jabón y con la espuma
y nos mete los dedos por los ojos.
Su cuerpo pesa menos que una pluma
cuando olvida sus lágrimas y enojos.

Frotamos con champú su cabecita
hasta que queda el pelo bien sedoso.
Se llena la bañera de perfume

con la niña ya limpia y bien fresquita.
Claudia vive un momento bien glorioso
mientras alguna vela se consume.
.
.
San Vicente de la Barquera, 29.08.07
.
.
.
.
Prístina
.
.
*******************************Para Toda Matic-Medic
.
.
Y no es sólo el olor penetrando en todos los espacios.
En Prístina es el cielo de un color de lavanda,
Como si contuviera la ternura de un niño.
Asaltan, sin embargo, los árboles, los pasos,
Hombres uniformados como estatuas del miedo,
La herejía latente de la guerra y la nada.
Pasan a nuestro lado tranquilos musulmanes,
Albaneses cansados, los poetas que siempre
Inventan mil jardines en cualquier madrugada.
Pero es todo bullicio, leyenda de palomas,
El territorio abierto para música y verso,
El rincón que esperaba una paz de ventanas.
Se hace preciso ahora iniciar los diálogos,
Envejecer si cabe unificando frases.
Prístina necesita una ocasión de lago,
La placidez del beso, una mano que avanza.
.
.
Prístina. 19-10-1998.
.
************************************************************Volver a SUMARIO

__________________________________________________



.

JOSÉ SARRIA (Málaga, 1960). Poeta, ensayista, crítico literario y columnista periodístico. Ha publicado Prisioneros de Babel (Málaga, 1996), La voz del desierto (Málaga, 1997), Canciones sefardíes (Málaga, 1998), Sepharad (Málaga, 2000), Tratado de amores imposibles (Madrid, 2002), Inventario delle Sconfitte (Foggia, Italia, 2004), Desde que llegaste (doce poemas de amor) (Málaga, 2004) e Inventario de derrotas (Málaga, 2005). Es co-autor de la antología Poesía andaluza en libertad (una aproximación antológica a los poetas andaluces del último cuarto de siglo) (Málaga, 2001). Incluido en numerosas antologías y recopilaciones poéticas de España, Italia y México, ha sido traducido al italiano. Es Secretario de la Asociación Colegial de Escritores de España (Andalucía) y miembro de la Junta de Gobierno de la Asociación de Escritores y Críticos de Andalucía.
POÉTICA: El poeta italiano Vittorio Sereni escribía lo siguiente, en 1965: Se hacen los versos por quitarse un peso y pasar al siguiente. Pero hay siempre algún peso de más, y nunca hay ningún verso que baste. Esta podría ser la perfecta descripción de mi enfrentamiento ante el papel en blanco.
Soy consciente de que la salvación está en garabatear, con versos, el espacio que ofrecen las hojas o la pantalla del ordenador, a la vez que reconozco que esta salvación es efímera, transitoria, tan leve como los besos de un ángel. Y a esa experiencia me entrego, a pesar de saber, también, que su fugacidad no irá más allá de la frontera que limitan los días inmediatos. En esa tarea creo, a veces, encontrar la salvación: mi propia salvación.
.
.
.
Aixa
.
El fotógrafo Fernando García Arévalo encuentra en las costas gaditanas (después del naufragio de una patera) el cadáver de un joven. Localiza el cuerpo por el sonido incesante de su teléfono móvil.
.
.
.
******************************Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!
******************************Golpes como el odio de Dios … / …
******************************Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
******************************o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
*******************************************César Vallejo

.
Desde hace varios años,
al atardecer, Aixa, con paciencia
infinita, se sienta
a la puerta de casa
por si llegan noticias de sus hijos.

Sólo escucha el silencio: los heraldos
negros que le manda la Muerte.

Como un arpón suicida
el silencio se clava en su costado
y aunque resiste, como una ballena,
cada tarde presiente
más cercanos los golpes
que le harán sucumbir.

Hace tiempo que Aixa no espera
el milagro, tan sólo
que alguien responda a sus llamadas.
.
.
.
.
La otra orilla


***********************A Ahmed M. Mgara


Me hablará tu mirada
de jardines de enamorados
donde las tórtolas zurean
entre azahar y almendros florecidos,
del agua del islam,
de olivos, surtidores,
acequias y molinos arabescos.

Me hablará de canciones de jóvenes poetas
del éxtasis de los sufíes
de ulemas amantes de Dios
que no aprueban la sangre de los mártires,
de arquerías y aleyas,
de pétalos de paz,
de la misericordia
que ilumina madrasas
y mezquitas.

Y me hablarán tus gestos
de rojas alcazabas
de generosos zocos
y del color de sus especias,
de pupilas de jóvenes
buscando la sorpresa tras el velo,
de la sabiduría, de vergeles,
del perfume a jazmín
que embriaga los sentidos.

Veré
en tus palabras
a mis padres y a sus padres llegar
de un pasado glorioso.
Y sabré que al mirarte
o al estrechar tu mano,
en la Plaza del Feddan,
mientras bebemos una taza
de té
o compartimos un narguile
estaré alcanzando
la otra orilla que me faltaba.



(*) Plaza del Feddan es, quizá, la plaza más hermosa de Tetuán.
.
.
.
.
El puente


************************************No hay nada que detenga la lujuria del tiempo.
**************************************************Manuel Gahete

***************************************************Para Manuel Gahete, siempre.
.
.
.
Hubo días en que me pareció escucharle gritar que le cruzara. Otras veces supuse que me pedía tan sólo que me quedara reflexivo ante su calzada, el pretil de piedra o esos enormes ojos atravesados por el continuo fluir del río.

El puente sigue ahí, con su metáfora de siglos: nunca sabrás, realmente, si vas o si regresas, porque el puente es la incógnita de nuestra propia existencia que permanece flotando sobre el agua.
.
.
.
.
República de Venecia
.
.
Existen animales
que fueron engendrados por los dioses
o por sus legiones celestes.
Así, en Venecia,
es posible asistir al milagroso
espectáculo que palpita
en la tristeza verde
que anida en sus entrañas.
Cuentan los venecianos que cuando la laguna
inunda sus plazas y calles
y la neblina borra
la silueta de las iglesias,
se puede escuchar cómo
desciende sobre los canales
una legión de arcángeles
que incuban en sus aguas
a leones alados
y caballos áureos
que poco a poco ascienden
a las cornisas,
aleros, dinteles, columnas
y arquerías de los palacios
y a los escudos
de las casas patricias.
Allí permanecen, por siglos,
pétreos, como el símbolo
de la que en otro tiempo fue
República del mar Adriático.
.


************************************************************Volver a SUMARIO

__________________________________________________





JUANA VÁZQUEZ es Doctora en Filología Hispánica y licenciada en periodismo . Ha colaborado en diversos proyectos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y en diversos periódicos nacionales, en la sección cultural y de opinión. Hoy por hoy, colabora en El País. Asimismo está en la Universidad de Alcalá de Henares donde imparte un master de postgrado. Aparte de ensayos y crítica literaria, ha publicado en diversas revistas de poesía, Atlántica, Barcarola, etc., y antologías, así como los poemarios Signos de Sombra (Ed. Kilix, 1993), En el confín del nombre (Huerga y Fierro,1998), Nos+otros (Ed. Sial, 2003) y Gramática de Luna (2008).
POÉTICA: Mi poesía es un elemento vital primario. La necesito para tener ganas de vivir. Sin ella caigo en el absurdo. Esa necesidad tiene también como finalidad arrancarle algún punto de luz a las incógnitas que nos rodean, y que busco desesperadamente en mis poemas. Pues cuando escribo no lo hago sobre algo ocurrido sino para que ocurra algo. Por eso, la mayoría de mis poemas han brotado del subsconsciente, y yo soy la primera lectora de ellos.
En la actualidad, mi poética está cambiando, y brota con el anhelo de que el misterio se instale en lo cercano, cotidiano, en el día a dia, para desterrar el tedio de la existencia , y sobre todo mi terror al vacío.
.
.
.
.
Naveguemos
.
.
No hay que pararse en el desierto
nos atraparán los fantasmas
de oasis inexistentes.

El movimiento es signo de siglos.

Tenemos que avanzar por dunas
es peligroso lo horizontal
que habla de tú a tú con la muerte.
y nos sumerge entre los ojos del tiempo.

Las mujeres nos siguen.
Avancemos entre los sonidos de la mañana.
Allí hay luz y muchos caminos.
La noche cierra la puerta de la imaginación
y se abre a los sueños de milenios
Nos perderemos entres azules inexistentes
de leyendas donde nacen enigmas
y quedaremos atrapadas
quietas
dormidas.

Mientras
la historia pasa por encima de nosotras.
.
.
.
.
Huyamos del silencio
.
.
El mar esta lleno de palabras.
Racimos de verbos caen
de los barcos que atraviesan ciegos
sus caminos de agua-memoria sin tiempo.
Pero el mar los devuelve en forma de música.

Nosotras no queremos quedar
atrapadas por las olas de silencio
en esa tela de abecedario
que borda Penélope en las tardes de tormenta
de cara al mar.

Pero los acantilados avisan de que el punzón de la historia
puede trazar una rosa
que devuelva la memoria
del lenguaje antes del lenguaje
a las mujeres.
La clave de nuestros ancestros
será dibujada para siempre
en los caminos del mar.
Y las sirenas se suicidarán
ante el ritmo armonioso
de nuestros pies descalzos
que arrastran cargamentos de palabras
para hundir debajo de los acantilados
el silencio de nuestras pasadas historias
escondidas en las bodegas de los barcos.

Mientras los marineros ríen al sol de cubierta con su bla bla bla.
Minerva los mira con desprecio vaciando en el mar sus cabezas
.
.
.
.
No te escondas
.
.
Yo he llegado en pos de ti amiga mía
con mi rostro tras el círculo de años insomnes
tras los suicidios de noches
violando cajas de somníferos.

No te escondas mujer en libertad.


Buscaremos debajo de la arena
la palabra sabia del tiempo
la que fue dada a nuestros mayores
la escrita en las premoniciones de la madrugada
y haremos que esta isla estalle en la luz de vocablos
con mirada femenina en escorzo.

Le pintaremos un puñado de albas resucitadas.
Mataremos crepúsculos
ocres
cantinas viejas
tradiciones y fantasmas.
Mataremos a la misma muerte.

Recogeremos palabras encendidas en las redes de espuma de los días
y nadie podrá quitarnos la caricia de los siglos.
Luego saldremos de la isla y nuestros cuerpos
serán continentes de amapolas
y nuestras palabras lentejuelas de peces
que se escucharán más allá
de los ríos de sombra de nuestro pasado.

E irán las mujeres del mundo sembrando las entrañas
del mar y la tierra de la palabra desnuda sabia y pura de las mujeres
que murieron en silencio y que hoy ha florecido su semilla.
.
.
.
.
Tenemos que salir de esta isla
.
.
Debemos llegar a la isla de los peces que bailan.

Se oyen voces desde todos los lugares
nos ordenan a través de las orisas
y de los pozos ancestrales
que salgamos de aquí.

Debemos cumplir con nuestro destino.

Estas islas son una imagen de aguas estancadas milenarias.
No seguiremos bajo los moldes de ceniza
maniatadas por siglos.
Hemos de rozarnos con los acantilados de la vida
para romper las cadenas
del silencio que hicieron heridas en lo labios.

Andar y andar ese es nuestro destino.

Que no nos tienten las sirenas del silencio
son brujas blancas que quieren nuestros sueños
esos sueños sagrados bajo los rosales de nuestra piel
por la pereza de la memoria de nuestras madres y abuelas.

Salgamos a los caminos del agua
por ellos navegaremos solitarias
y derribaremos la magia y los escritos ocultos.

No nos quedemos dormidas sobre la arena
el viento de la historia ha irrumpido en nuestras vidas
y el barco navega desplegando sus alas de libertad.
.
.
.
.
Ha sido un mar acogedor
.
.
Este mar sabía de granadas
pétalos
naranjas
orquídeas…
Este mar sabía de nuestra comunión en la arena
y nos requirió con los ojos
de las amapolas abiertas
y las caracolas chispeando lluvias de milenios.

Quiso ser nuestro aliado y bramó de ternura.
Quiso que nos quitáramos los aros de la servidumbre
y rescató olas de milenios para ponerlas a nuestro servicio.

Este mar es un asidero
de aromas que deja en estelas de azules
azules cabelleras
pendientes
pulseras
collares
iconos.

Es un amigo que deja de soñar
para que nosotras soñemos asidas al aire de sus costas.

Esconde el misterio de la noche
en la luz diáfana de nuestra mirada
que posa en nuestras frentes sagradas.

Así siempre seremos aguas bravas.
Aguas en libertad que llegarán altivas
a todas las playas del mundo.
.
.
.
.
Como mascarón de proa
.
.
Vamos a ver como zarpan los barcos.
Vamos a ver como se reflejan las conchas
en sus líneas doradas de crepúsculos.
Pero no nos quedaremos en los puertos
iremos agarradas al rayo de luz que los guía.
Seremos las brújulas en alta mar con nuestras cabelleras
que ondearán como bandera por el mundo
anunciando tormentas y huracanes.

Las mujeres irán en la proa
nunca quedarán detrás
entre ruidos de máquinas rudimentarios.
Queremos que los sonidos ancestrales del mar sean
pendientes en nuestras orejas
y las conchas pulseras y collares.
Pues el vendaval de la vida nos arrojó a los brazos del mar.

Somos hembras en los caminos del agua
luchando día a día por nuestro sagrado poder de creación.
Parimos como el mar.
Estamos vivas por dentro como el mar.
Somos diosas de los misterios del mar.
El agua es nuestra naturaleza.
En ella quedamos lamiendo surcos
para que pasen los dioses y nos den su bendición al partir
en el eterno deambular por el mundo “desfanciendo entuertos”.
.
.
************************************************************Volver a SUMARIO

__________________________________________________